Los inmensos oceános de Golarion colisionan contra las orillas de ocho continentes. El más pequeño de estos, Sarusan, se encuentra lejos de los vientos comerciales en un mar impenetrables y por ello permanece desconocido para la mayoría de las culturas modernas, medio recorado en las tradiciones orales u oculto en la literatura perdida de civilizaciones muertas. El mayor contiente del mundo es Casmaron, una masa del tamaño de un oceáno esparcido por el hemisferio norte del planeta. Tribus nomadas a caballo abarcan las salvajes estepas centrales, creando un parachoque entre el imperio desierto de Kelesh y sus oportunistas estados sátrapas en el oeste y las monarquía expansionistas de los mahajanapadas de Vudra -los registrados Reinos Imposibles del distante este.
Al oeste de Kelesh, pasadas las traicioneras Montañas del Filo del Mundo [Worl'd Edge Mountains], Casmaron se expande en una inmensa península llamada Avistan. Desde el guiado por diablos Cheliax hasta el antiguo reino de Taldor hasta el bosque elfico de Kyonin, Avistan es una tierra dispar construida sobre las ruinas de incontables civilizaciones perdidas. Quizás la mayor de estos lugares se encuentra en las tierras fronterizas de Varisia, restos de los antiguos Señores de la Runa de Thassilon, contemporaneos del Antiguo Azlant que perecieron en la misma catastrofe.
Al sur de Avistan, a través de los volátiles caminos comerciales del Mar Interior, se encuentra Garund, sede de los faraones de Osirion y hogar de los despiadados mercados de Katapesh, las indomitas junglas de la Extensión Mwangi, y las tierras deformadas arrasadas por la magia entre Nex y Geb. A lo largo de la costa occidental del continente gira el Ojo de Abendego, un recuerdo catastrófico de las tormentas apocalípticas que arrasaron Golarion durante semanas tras la muerte de Aroden. Una legión de piratas asentados en las Islas Grilletes [Shackle Isles] usan el permanente hurracan como refugio desde el cual lanzar ataques sobre las lineas maritimas del mundo.
Los capitanes piratas más valientes abandonan los litorales del mundo civilizado y exploran todo el mar en busca de aguas completamente desconocidas. A miles de millas al oeste del Arco de Aroden hay un laberinto de pesadilla de sobresalientes arrecifes, deformados riscos y canales dentados que una vez formaron la orgullosa isla contiente reino de Azlant, el primero de los grandes reinos humanos de la prehistoria. Cuando la arrogante elite del Antiguo Azlant se rebeló contra los señores abolez que los habían sacado del barbarismo, las acuaticas mentes maestras lanzaro una gran roca desde el cielo, desencadenando un cataclismo mundia que hundió la mayor parte de Azlant bajo las olas. Los misteriosos elfos acuaticos de Espiral Mordaz aún acosan los sulfurados canales de la ruina continental en sus incursiones, vigilando los pocos secretos restantes de sus antiguos enemigos -la más tecnicamente y magicamente cultura humana avanzada en la historia.
Pocos veleros sobreviven a los malignos remolinos y voraces monstruos maritimos de Azlant para alcanzar las aguas abiertas del occidental Oceano Arcadiano y el exhuberante contiennte del cual toma su nombre: Arcadia, un paraíso natural a 4000 millas al oeste de Avistan. El puñado de exploradores que se aventurado allí y han regresado a las cortes del Mar Interior hablan de enormes recursos naturales, increibles muestras panoramicas de naturaleza desenfrenada y fieros, habitantes nativos de aspecto guerrero. El mayor asentamiento permanente Avistani en Arcadia es Valenhall, cerca de la periferia norte del continente, donde los más viejos soldados y monarcas de los Reyes Linnorm van a morir.
Un extenso desierto artico llamado la Corona del Mundo se apropia del borde de Golarion, atrapando con garras de montañas heladas las extensiones norteñas de Avistan, Casmaron y Tian Xia. Enterradas en lo profundo del hielo, en la misma cumbre del planeta, están las ruinas de una antigua civilización humanoide, su nombre y leyendas hace tiempo perdidas para la historia. Las ruinas preceden a Thassilion, Azlant e incluso la llegada de los abolez a Golarion, y su existencia y origen permanece entre los misterios más intrigantes del mundo.
A pesar de tener el clima menos hospitalario de cualquier continente en Golarion, la Corona del Mundo permanece como una de las rutas más transitadas para exploradores de todo el mundo que se aventuran a través de la plancha de hielo de un continente a otro. Desde lejos los más exoticos de estos viajeros provienen de Tian Xia, un continente norteño en el hemisferio oriental del planeta, opuesto a Avistan. A pesar de este goteo de mercaderes y exiliados polítocs, las historias sobre Tian Xia son rara fuera del distante norte y de los mercados de Katapesh y Absalom.
El mar Interior se encuentra entre dos grandes continentes, Avistan al norte y Garund al sur. Las
Al oeste de Kelesh, pasadas las traicioneras Montañas del Filo del Mundo [Worl'd Edge Mountains], Casmaron se expande en una inmensa península llamada Avistan. Desde el guiado por diablos Cheliax hasta el antiguo reino de Taldor hasta el bosque elfico de Kyonin, Avistan es una tierra dispar construida sobre las ruinas de incontables civilizaciones perdidas. Quizás la mayor de estos lugares se encuentra en las tierras fronterizas de Varisia, restos de los antiguos Señores de la Runa de Thassilon, contemporaneos del Antiguo Azlant que perecieron en la misma catastrofe.
Al sur de Avistan, a través de los volátiles caminos comerciales del Mar Interior, se encuentra Garund, sede de los faraones de Osirion y hogar de los despiadados mercados de Katapesh, las indomitas junglas de la Extensión Mwangi, y las tierras deformadas arrasadas por la magia entre Nex y Geb. A lo largo de la costa occidental del continente gira el Ojo de Abendego, un recuerdo catastrófico de las tormentas apocalípticas que arrasaron Golarion durante semanas tras la muerte de Aroden. Una legión de piratas asentados en las Islas Grilletes [Shackle Isles] usan el permanente hurracan como refugio desde el cual lanzar ataques sobre las lineas maritimas del mundo.
Los capitanes piratas más valientes abandonan los litorales del mundo civilizado y exploran todo el mar en busca de aguas completamente desconocidas. A miles de millas al oeste del Arco de Aroden hay un laberinto de pesadilla de sobresalientes arrecifes, deformados riscos y canales dentados que una vez formaron la orgullosa isla contiente reino de Azlant, el primero de los grandes reinos humanos de la prehistoria. Cuando la arrogante elite del Antiguo Azlant se rebeló contra los señores abolez que los habían sacado del barbarismo, las acuaticas mentes maestras lanzaro una gran roca desde el cielo, desencadenando un cataclismo mundia que hundió la mayor parte de Azlant bajo las olas. Los misteriosos elfos acuaticos de Espiral Mordaz aún acosan los sulfurados canales de la ruina continental en sus incursiones, vigilando los pocos secretos restantes de sus antiguos enemigos -la más tecnicamente y magicamente cultura humana avanzada en la historia.
Pocos veleros sobreviven a los malignos remolinos y voraces monstruos maritimos de Azlant para alcanzar las aguas abiertas del occidental Oceano Arcadiano y el exhuberante contiennte del cual toma su nombre: Arcadia, un paraíso natural a 4000 millas al oeste de Avistan. El puñado de exploradores que se aventurado allí y han regresado a las cortes del Mar Interior hablan de enormes recursos naturales, increibles muestras panoramicas de naturaleza desenfrenada y fieros, habitantes nativos de aspecto guerrero. El mayor asentamiento permanente Avistani en Arcadia es Valenhall, cerca de la periferia norte del continente, donde los más viejos soldados y monarcas de los Reyes Linnorm van a morir.
Un extenso desierto artico llamado la Corona del Mundo se apropia del borde de Golarion, atrapando con garras de montañas heladas las extensiones norteñas de Avistan, Casmaron y Tian Xia. Enterradas en lo profundo del hielo, en la misma cumbre del planeta, están las ruinas de una antigua civilización humanoide, su nombre y leyendas hace tiempo perdidas para la historia. Las ruinas preceden a Thassilion, Azlant e incluso la llegada de los abolez a Golarion, y su existencia y origen permanece entre los misterios más intrigantes del mundo.
A pesar de tener el clima menos hospitalario de cualquier continente en Golarion, la Corona del Mundo permanece como una de las rutas más transitadas para exploradores de todo el mundo que se aventuran a través de la plancha de hielo de un continente a otro. Desde lejos los más exoticos de estos viajeros provienen de Tian Xia, un continente norteño en el hemisferio oriental del planeta, opuesto a Avistan. A pesar de este goteo de mercaderes y exiliados polítocs, las historias sobre Tian Xia son rara fuera del distante norte y de los mercados de Katapesh y Absalom.
El Mar Interior
El mar Interior se encuentra entre dos grandes continentes, Avistan al norte y Garund al sur. Las
naciones florecen a lo largo de sus costas, incluyendo la ciudad de Absalom, que fue fundada por el fallecido dios de la humanidad, y que quizá representa el mayor bastión de civilización en el mundo conocido.
El intercambio constante de bienes e ideas entre estas naciones crea una vivaz
(y a veces mortal) tensión entre las grandes potencias de ambos continentes. Se trata de tierras de aventura, donde ni siquiera los dioses conocen los límites del potencial de un individuo.
Historia
El pueblo llano del Mar Interior sabe poco sobre la historia antigua de Golarion. La mayoría de humanos ha oído hablar del magnífico imperio isleño de Azlant, del que se alzó Aroden, el Último Hombre, para llevar la civilización a las gentes iletradas del continente. Los longevos elfos tienen sus propios relatos del antiguo éxodo de su raza, y de su regreso relativamente reciente a un mundo plagado de humanos. Pero más allá de estas escasas leyendas, la mayoría de la gente no sabe casi nada de esos días antiguos, y hay un buen motivo para ello. Hace aproximadamente 10.000 años, el cielo se abrió y arrojó una lluvia de estrellas sobre Golarion en un cataclismo conocido como la Gran Caída, destrozando civilizaciones enteras, y levantando una nube de polvo que ocultó el sol y arrojó la región del mar Interior a una era de oscuridad tanto literal como metafísica. Durante este periodo, naciones enteras desaparecieron de la faz de la tierra, y nuevas razas llegaron a la superficie desde las profundidades de las Tierras Oscuras. Cuando finalmente la oscuridad se desvaneció, la gente empezó a reconstruir. Pero, aunque sus nuevas naciones se extienden por todo el mundo, aún perduran rastros de la grandeza de antaño, como el cadáver de un mundo perdido bajo los pies de sus descendientes.