Los compañeros se sienten engañados, estafados. Así que acceden a trabajar para Idarion buscando a su anterior contratante.
Cuando van a comenzar la busqueda la ciudad es atacada. Se escuchan lejanos ruidos de batalla que parecen provenir del puerto.
Gracias a la magia encuentran a su presa. Está en un antiguo templo de Aroden, el cual se encuentra escondido bajo la ciudad.
Consiguen abrirse paso luchando hasta que se enfrentan a lo que resulta ser un mago, al que acompaña un enorme guerrero.
Estan a punto de ser derrotados y su enemigo vuelve a escapar.
Encuentran a un paladin de Iomedae, al que salvan de morir a manos del gigantesco guerrero.
Este cura sus heridas y la propia diosa se les aparece para encargarles una misión:
Han robado un libro que se guardaba allí abajo. Debe ser encontrado cueste lo que cueste.
Tras recibir un don de la diosa vuelven a encontrar el rastro de su esquivo contrincante.
Llegan a un almacen del puerto donde encuentran el medallon que les estaba guiando junto a un cadaver. El almacen parece
abandonado pero recientemente. Encuentran los papeles de una naviera que ha estado realizando viajes comerciales con
Absolom, el nombre que aparece es el mismo que el paladin les convino a investigar:
Aster Glarkon.
La muralla cae y la batalla los rodea antes de que puedan escapar.
Acaban con numerosos enemigos en su camino de huída hasta que son detenidos.
Despiertan prisioneros en un barco junto con otros andoranos.
Mientras atracan en el puerto de Absalom urden con otros prisioneros un plan de huída.
Logran escapar y acaban con dos nuevos compañeros, un sacerdote de Iomedae y un Caballero del Aguila, el cual tiene una misión:
Recuperar al hijo del Codwin I, el Elegido Supremo de Andoran.
Consiguen escapar justo antes de desembarcar en el puerto de Absalom con la ayuda de un anciano clérigo de Iomedae y un caballero del Águila.
Una vez libres deben entrar en la ciudad, la cual está fuertemente protegida con patrullas noche y día.
Buluc se disfraza con la armadura de uno de los caballeros infernales que asesinaron para escapar del barco. Su plan consiste en hacerse pasar por prisioneros del "Paralictor".
Consiguen entrar sin derramamiento de sangre. Una vez dentro Duncan, el Caballero del Águila, busca a sus contactos mientras ellos investigan por la ciudad.
La ciudad está en estado de guerra. Soldados de Absalom y de Cheliax patrullando las calles.
Algunas zonas son inaccesibles y los soldados se llevan a gente presa de las calles.
Es en una de estas, con los caballeros infernales tratando de llevarse a una familia de su casa, cuando deciden no quedarse al margen y atacan. Pero mientras luchan son atacados a su vez por un grupo de guerreros sin emblema. Cuando acaban con los Caballeros Infernales consiguen entenderse con el otro grupo que los había tomado por guerreros chelios.
Resulta que han topado con la resistencia, que los acoge y les ayuda en su empresa a cambio de luchar contra los invasores. Aceptan y les ayudan en su asalto al distrito de las monedas, el cual ha sido cerrado a cal y canto (Kervar se queda con las ganas de asaltar el Arcanamirio, con todos sus tesoros mágicos). Este distrito había sido destruido y en el centro estaban abriendo un enorme portal al infierno. Consiguen desbaratar el ritual y volver casi de una pieza.
Mientras tanto el Arcanamirio es destruido y mueren muchos de los rebeldes, aunque consiguen liberar al general de la flota de reserva. Escador, líder de los rebeldes les propone un plan, infiltrarse en la Fortaleza Azlante por un pasadizo secreto que sólo conoce el general que acaban de rescatar y abrir las puertas a una pequeña comitiva mientras el resto del ejército rebelde prepara una maniobra de distracción.
Entran en el castillo y consiguen abrir las puertas al destacamento de Escador. Con la ayuda de los rebeldes se abren paso hasta el salón del trono. Por el camino dejan a Laird , el clérigo de Iomedae, con tres soldados vigilando la celda del hijo de Codwin I, la cual estaba conectada mágicamente al muchacho. Lord Gyr había sido poseído por un enorme demonio que se enfrenta a ello junto con dos esbirros y un extraño mago. Buluc cae en combate singular contra el demonio, aunque milagrosamente vuelve a la vida a tiempo para acabar con tan espantosa criatura. Kervar persigue al mago que ha huido por una escalera oculta, pero cae bajo el potencial mágico de las pistolas de su oponente, aunque es encontrado y tratado por sus compañeros.
Finalmente Consiguen hablar con lord Gyr quien ya se encuentra libre tras la muerte del Demonio. Les explica lo sucedido, como fue engañado y traicionado y se apresuran a rescatar al heredero de Andoran, pero cuando llegan tan sólo encuentran los cadáveres de los tres soldados con la garganta abierta. Ni rastro del niño ni del clérigo.
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